Historias mallorquinas (I)

 

Campo en las cercanías de Sóller

Como os conté en el último post del jueves, he estado cuatro días en Mallorca, invitada por el Gran Hotel Soller, Air Berlin y el Instituto Balear de Turismo. No he visto a ningún famoso, pero ni falta que ha hecho. Ni siquiera tuve ocasión de contemplar la trifulca organizada entre Lali Bazán, Belén Esteban y María José Campanario en el programa Dónde estás corazón. Albert Falcó, del periódico de Catalunya , me lo sopló todo. Lo vio en la habitación del hotel.

 

Aquí os dejo un enlace para que echéis un vistazo y sigáis al tanto del culebrón de «Ambiciones». Albert, un magnífico periodista de viajes que no está al tanto de la actualidad corazonera, confundió a la tía de Jesulín con la madre, y casi me da un patatús cuando, de paseo por las calles de Sóller, cerca de la magnífica fachada de Can pruneta me relató que Carmen Bazán había llamado bruja mentirosa a María José Campanario.

Este viaje da para mucho…Voy a colgar varias fotos, pero creo que haré como con las historias francesas, reincidiré. Mallorca merece la pena. El Gran Hotel Soller, donde han pernoctado entre otros Emanuelle Seigner y Chabeli Iglesias, es un edificio del Siglo XIX construido por Joaquín Pavía Birgminghan. Alberga al restaurante Can Blau, cuyo chef es Javier Weil. La cocina es excelente y los precios no son muy elevados.  De sus paredes, incluidas las de las habitaciones, cuelga una impresionante colección de arte moderno. Tiene tan sólo 38 habitaciones y  fama internacional en la organización de bodas civiles. 

Quien  que te casa bajo la pérgola florida, un lugar lleno de magia, es un concejal en toda regla y no un actor, como ocurre en otros hoteles.  Los novios-ha habido también dos bodas gays-, suelen reservar el hotel entero para sus invitados.

Os contaré que he pilotado una avioneta un ratito. Fue en el aeródromo de Son Bonet, donde se puede recorrer la isla desde el aire por 95 euros por persona y dan cursos de vuelo por 400 con la compañía Airxperience. Entre foto y foto, el piloto me permitió que cogiera los mandos y seguí sus indicaciones con mucho brío.  Leonor Torrens y Magdalena Alzina, directora  y jefa de comunicación del hotel, las pasajeras en mi primera experiencia como piloto, dos  mallorquinas con más paciencia que el santo Job, aún deben estar acordándose de mi. Yo esperaba que me aplaudieran, como hicimos los pasajeros con el guapísimo comandante alemán de Air Berlín en el viaje de ida. Espero que ya se les haya pasado el mareo. No sé si volverán a invitarme.

Os voy a colgar de inmediato unas fotos del viaje.

Campo en las cercanías de Sóller

Puesta de sol en Sóller

Exquisiteces del restaurante Can Blau

Fachada de una casa de Sóller

Campo en las cercanías de Sóller

Interior del Gran Hotel Sóller

El legendario tranvía de Sóller

La pérgola casamentera del Gran Hotel Sóller

La costa de Sóller desde la avioneta que piloté

Fachada del Gran Hotel Sóller

Rabas de Chanel en la isla más glamourosa

Sa Foradada desde la costa

Naranjas sollericas, tardías, muy dulces y de una forma especial

SI QUERÉIS VER LAS FOTOS EN GRANDE SÓLO TENÉIS QUE PINCHAR SOBRE ELLAS

Y ahora, para no variar demasiado, os dejo el vídeo Ubriqueño con la intervención de la tita de Jesulín

Historias francesas (II)

El viernes pasado estuve hablando con un amigo y compañero de trabajo  sobre los lugares, las calles y los monumentos que, sin saber por qué, nos provocan una sensación inexplicable, producto no de la impresión estética sino del presentimiento de que en ellos, en otro tiempo, ocurrieron acontecimientos de una enorme intensidad.

Palais Royal

Mi amigo se va a París y le he prometido un post sobre uno de esos lugares, la plaza del Palais Royal, cercana al Louvre y a la Rue Rivoli. Aparecí en ella callejeando, sin saber muy bien donde estaba. Adornada por unas columnas con franjas negras y blancas, obra del escultor contemporáneo Daniel Buren, me senté en una de ellas y no había quien me moviera de allí. Pese a estar situada muy cerca de las calles con los comercios más caros de París, sus soportales son absolutamente decadentes, con algunas tiendas de soldaditos de plomo o de ropa vintage en las que apenas entra casi nadie.

La plaza respira, algo late en ella, o al menos esa fue mi sensación. Volví en dos ocasiones durante los 15 días que estuve en París a recorrerla, ya informada sobre  su historia. Fue un centro neurálgico durante la revolución francesa y Luis Felipe de Orleans, propietario del Palacio, abrió al público sus soportales no con ánimos filantrópicos, sino para obtener dinero. Alquiló los locales de la plaza a burdeles y casas de juego. La plaza llegó a convertirse en uno de los lugares más sórdidos de París, y muchos jugadores se suicidaban allí tras haber perdido todo su dinero.

Allí continua el Grand Vefour, el restaurante más antiguo de París, frecuentado por por personalidades como Camille Desmoulins, quien, frente a sus puertas lanzó el grito de arenga que condujo a la toma de la bastilla. Os dejo una foto de la carta del restaurante, es imposible vislumbrar su interior desde fuera. Tiene tres estrellas Michelin y muchas cortinas de batista que protegen la intimidad de los clientes. Lamento no haber podido almorzar dentro para ofrecer más detalles.

Restaurante Grand Vefour

La página web del restaurante me parece un poco hortera, y no es resentimiento por que no me dejaran hacer una foto del interior. Me parece un poco ridículo ofrecer toda la lista de nombres de personas que se han sentado en sus mesas…¿ A quién le importa sentarse en la misma silla de Sartre, que estuvo, a juzgar por los folletos de otros lugares, en todos los bares de París?

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Para fetichistas golosos, y sobre los pantalones de Tom Cruise

Entre las muchas cosas que me quedé con ganas de comprar en París figura este zapatito. No era demasiado caro, pero no habría aguantado el viaje en avión, y no porque se hubiera roto en la maleta sino porque me lo habría zampado. Costaba sólo 51 euros, una cantidad insignificante dada la zona donde está situada la tienda donde lo venden, la chocolatería J.P Hevin en la Rue Saint-Honoré.

 

 

 

Zapato de chocolate

 

 

 

 

 

Sólo lo tienen en la talle 35, pero da igual. La tienda, una de las más famosas de Francia es frecuentada por innumerables famosos, como Tom Cruise y Katie Holmes. También tienen unas barritas de chocolate muy cucas con forma de abdominales, para degustarlas sin cargo de conciencia.

 

 

 

Tableta de chocolate atlética

 

 

 

 

Allí en París, pensando ya en vosotros, pregunté a una de las ascensoristas si era cierto lo que contó Tom, que le pidió matrimonio a su novia en el tercer piso. Es cierto, subió en ascensor y no en helicóptero y allí protagonizó la romántica escena que ha pasado a los archivos de la prensa del corazón. Un compañero de la empleada lo vio con sus propios ojos. Emocionada y llorosa, besé el suelo de la tercera planta como Almudena Cid y os hice una foto del lugar donde posaron sus pies.

Torre Eiffel desde abajo

 

Tom le está dando manga ancha a Katie, ahora le deja que se ponga pantalones, los suyos, según ha publicado la revista Hola. También llevan las gafas a juego y van conjuntados en colores y look cuando salen juntos. No os perdáis las fotos. Cual hermanitos de casa bien, van vestiditos a juego en sus paseos por Nueva York.

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Descendientes de los patos borbónicos

María Antonieta

Las instalaciones de la granja de la Reina

Exteriores

La capilla

Es uno de los  personaje históricos más fascinantes de todos los tiempos. Ni  Hatshepsut, ni Catalina de Rusia, ni siquiera Isabel la Católica han provocado un interés semejante. La mejor biografía que se ha escrito sobre ella es la de Stephan Zweig, aunque una descendiente suya, Carolina de Habsburgo, ex novia del príncipe Felipe y archiduquesa austriaca, como ella, también le dedicó un libro menor mucho más ligero bastante aceptable.

María Antonieta no solo sentó las bases para la peluquería moderna y la alta costura tal como la entendemos hoy en día, elevó la frivolité hasta limites de profesionalidad no conocidos hasta entonces. Y buena prueba de ello es la granja que su marido le permitió construir junto al Petit Trianon para jugar a las campesinas y a las lecheras. Cansada del protocolo de Versalles, sólo invitaba allí a sus íntimos, lo cual provocó un enorme resentimiento entre las grandes familias de la nobleza. Walt Disney no inventó nada. En el Petit Trianon están creadas las bases de lo que ha de ser un verdadero parque de atracciones.

María Antonieta

La foto de María Antonieta la he tomado prestada de la página web misterios de nuestro mundo. No os perdáis esta interesante historia. El espíritu de la Reina se le apareció a unas turistas inglesas a primeros de siglo en los enclaves que os muestro en la fotogalería. !Qué envidia! Y las muy tontas no le preguntaron si hubo algo entre ella y Axel de Fenser.  http://www.misteriosdenuestromundo.com/index.php/2008/04/06/maria-antonieta-vuelve-al-petit-trianon/

Hoy no os hablo de corazón  contemporáneo porque no me lo pide el cuerpo, si queréis hablar vosotros, dadme vuestra opinión sobre la boda de Lequio y María Palacios. Me da un poco de pereza este fantasma del siglo XXI. Aquí, en Hola! podéis encontrar toda la información sobre el tema. Otro día os contaré algunos cotilleos de la novia del Conde. Voy a hacer alguna llamada para ver si alguien me cuenta algo jugoso.

¡OJO! No pinchéis la primera foto de la galería, tarda mucho en descargarse. Tenéis la misma con menos peso. Perdonad el fallo, aún no estoy familiarizada con este editor y no consigo hacerla desaparecer.